La Obsolescencia del Arte: La Fotografía y la Era de los Smartphones

Hay algo que se está perdiendo, lo puedes sentir en el aire. En este mundo donde todo parece estar al alcance de la mano, la fotografía ha sido absorbida por la inmediatez. La cámara de los móviles ha hecho que cualquiera pueda ser "fotógrafo" con un simple toque en la pantalla. Y mientras tanto, el arte de capturar imágenes con una cámara réflex o una mirrorless se está desvaneciendo lentamente, como una película sin revelar.

No me malinterpretes. Los móviles hacen fotos geniales, en su propio contexto. Pero hay algo que muchos no entienden. La diferencia entre capturar una fotografía profesional y hacer una "buena foto con el móvil" no es solo cuestión de megapíxeles o filtros predefinidos. Es técnica. Es precisión. Es tener control absoluto sobre la luz, el enfoque, la composición. Es el lenguaje visual que solo una cámara profesional te permite hablar con fluidez.

Con una cámara réflex o una cámara profesional, no solo disparas, creas. Cada imagen es una obra que has compuesto minuciosamente, desde la apertura del diafragma hasta la velocidad de obturación. Cada pequeño ajuste que haces refleja tu visión, tu forma de ver el mundo. Es algo que los móviles no pueden replicar, porque ellos hacen todo por ti. Automatizan el arte hasta reducirlo a una simple serie de decisiones algorítmicas.

Y ahí está el problema. La gente se está acostumbrando a la "facilidad". Ven una foto nítida en su pantalla de 6 pulgadas y piensan que es suficiente, que han capturado "el momento". Pero el momento real, ese que podrías inmortalizar con una cámara profesional, se les escapa entre los dedos. Porque no es solo lo que la cámara ve, es lo que puedes hacer que vea.

En MellyMaker Studios, no estamos aquí para decir que las fotos de móvil no tienen su lugar. Lo tienen. Pero quiero que quede claro: el arte de la fotografía va mucho más allá de lo que la cámara de tu smartphone puede ofrecerte. La fotografía profesional es más que captar un instante, es capturar una historia, con toda su complejidad y detalle.

Así que, si realmente quieres entender lo que es la fotografía, coge una cámara profesional. Aprende los fundamentos. Experimenta. Dedica tiempo a dominar la luz, la composición, la exposición. Porque mientras el mundo se mueve hacia lo fácil, lo inmediato, hay una belleza en mantener viva la esencia del arte, en ser capaz de decir: “Esto lo hice yo. Con mi cámara. Con mi ojo. Con mi visión”.